los amantes son el otro lado del amor, ese lado que conjura contra la desidia y las reglas, que juega sobre su juego, se vuelca sobre su costado más húmedo la lascivia más honda y entonces...todos los humos, todas las lenguas, todos los nombres...
No sé por qué el humo del cigarrillo altera a las personas. A veces, como en este caso, es un velo, una separación, una distancia. Maravilloso el poema. Absolutamente concreto y certero. Creo que todos, alguna vez, sentimos el otro nombre en una lengua que, creimos, nos pertenecía. Bravísimo.
El arte es oxígeno y catarsis. Tal es la gratitud hacia los que me regalaron una idea o sentimiento desde sus creaciones, que me atrevo a compartir las mías, con la ilusión de provocarles una sonrisa, o llevarles algo de luz hacia donde se encuentren… A todos los que buscan ese otro lado, los invito a disfrutar del .... ENCUENTRO...
12 comentarios:
El sabor de los amantes, el vino de los amantes, su sudor, su candencia...
Desconocidos que gatillan mil orgasmos, para mirar friamente la pasion que supieron liberar
y volverse a la rutina seductora
de la carne y el placer secular....
Eugi...escribes hermoso..
los amantes son el otro lado del amor, ese lado que conjura contra la desidia y las reglas, que juega sobre su juego, se vuelca sobre su costado más húmedo la lascivia más honda y entonces...todos los humos, todas las lenguas, todos los nombres...
¡¡¡Que bueno!!!
En tan breve.
Felicidades.
Besos.
Nada más hermoso que un amante
El beso de Rodin.
Quiera Dios no se nos escabulla un nombre indebido en medio de tanta pasión!
Tendré caminos si no tengo tierras? Alguien tendrá ganitas de descubrirlos?
me has hecho reir Juan sin tierra con tus ocurrencias...... de donde eres?
gracias por volver, y a Ignacio y a Edmundo por sus comentarios asiduos...
Me candidateo. Quiero ser amante; uno bueno... o no.
Qué bonito! Hermosas imágines, dos que se aman. O tres, no sé.
ah, bueno! Adrogué, para qué lado de la Estación? Pero yo no fumo, qué lástima! Pero por vos, hasta el humo de un habano me trago.
No sé por qué el humo del cigarrillo altera a las personas. A veces, como en este caso, es un velo, una separación, una distancia.
Maravilloso el poema. Absolutamente concreto y certero. Creo que todos, alguna vez, sentimos el otro nombre en una lengua que, creimos, nos pertenecía.
Bravísimo.
Pablo
Publicar un comentario