23.1.07

Al hombre


Mínima criatura, los grises
del alma exponen su miseria.
Esclavo del destino o de
una libertad infante,


se aventuró en los días
cual omnipotente sabio,
mas hoy despertó confuso
y su ego llora en mis brazos.


Lo sostengo. Porque sus lágrimas
drenan inmemoriales penas.
Porque exhumó mi risa y mi Luz.

Porque el amor nos engendra
sólidos y libres, nos sueña
Pares en el juego de la vida.

13.1.07

El fracaso de los similares


Tibios cuerpos demoran
la intuición de nuestra especie,
el insoslayable encuentro
de estos labios, del ritmo
y la intensidad comunes.


Niebla nocturna. Sed sanguínea.
Infructuosa es la sublimación
de estas horas extrañas
en el culposo amanecer de los cobardes.